Crónica de escupitajos en el asfalto

Afuera hacía un calor de la madre. Ellos estaban sentados en el comedor tomando un clericó. Vino Jorge, con sus calzas bien apretadas y se tiró al piso. Su piel estaba roja por el sol, le llovían gotas del cuerpo por culpa de la transpiración. 
-Vení que te voy a dar...- le dijo la vieja atándole las manos y conteniendo un suspiro.
Rosa estaba acostada en la cama todavía podía sentir el peso de las sandalias en los pies. Pensó en que le gustaría ver una peli pero la tele estaba de otro lado de la habitación y no tenía ganas de pararse y encontrarse con lo peor.
¡Caen rayos! Gritó Malena ¡Caen rayos! Cierren todo. Saltó por arriba de Jorge y se tiró al piso mientras se persignaba.
¿o solo fue un movimiento rapido con la mano?
¡Como garpan las frases de autoyuda en facebook!
Basta, la vieja se zarpó, pasale la bolsita. La bolsita dale, la bolsita
-¿Por qué esta todo desordenado?-.
-38 de fiebre tiene, que no se espante, que le hace peor-.
La bolsita se hizo polvo
-cantaban en la radio-
El guacho no quiso pagar asi que la flequi agarró el cinto y empezó a perseguirlo, ya sabes lo que pasa si comes ajo le dijo.
Dale, largá el billetin.

“Entre tensión crecen las plantas”

-La espera es algo que me impacienta. 
-El sábado recién empieza y todo está tranquilo en el vecindario-
-No sabemos cuánto hay, no sabemos cuánto queda-.
-Te fumaste todo-.
Escucho detrás de la puerta del baño los murmullos donde sobresalen estas palabras mientras sigue chorreando el pis tratando de envocar todo dentro del inodoro para no salpicarme y contagiarme alguna enfermedad. Para las hipocondríacas como yo, los baños públicos suelen ser unos de los peores desencadenantes del pensamiento obsesivo y más cuando el estado se mezcla con ebriedad. “el peso del amor es igual a cuando se te mete una basurita en el ojo”
-Siempre lo mismo. Tendremos que salir a comprar más-.
-Hay algo en la incertidumbre que es lindo y pesado a la vez-.
-Sigue sucio, lleno de sangre y ahora se le suma un poco de tierra también-.
-Aunque el color me encanta, lo voy a dejar así hasta que parezcan manchas de óxido-.
La conversación se va intercalando entre el ruido del chorro contra el agua, trato de contraer por el afán de meterme entre esas palabras, puerta por medio y ebriedad hasta al fondo. Contraigo, paro.
“Ocupado”
Contraer los músculos para que deje de salir pis es parecido a cuando contraes para que el orgasmo no acabe, vaya la ironía del placer.
¿Habrá alguien acá para acabar juntos?
“Ocupado”
El tiempo se detiene en estos momentos, solo fluye el chorro y las ganas de prevenir cualquier enfermedad salpicada o chorreada. Contraigo, termino.
“Las cosas se terminan por racha”
-La leña está junto al fuego y se debe apagar exactamente a las diez y diecisiete minutos sino se corta la luz-.
-Las imágenes que devuelve el 60 son épicas, é-p-i-c-a-s-.
-En puntas de pie tenes que seguir caminando, ocupa la mente, que la distracción no sea un ingrediente a tener en cuenta, no sea acaso que…-.
-Habla Quique-.
Me subo el pantalón, me lavo las manos y me mojo la nuca para tratar de que todo se vaya junto a la presión del agua por el agujero del inodoro.
Y cual final de escena, cuando abro la puerta le pongo boca a esas palabras y los miro a estos dos que vaya a saber una de lo que estaban hablando, sus caras parecen un poco enojadas por el tiempo que me detuve dentro del baño pero sus ojos transmiten la sensación de procesar esa charla que parece haber sido más una confesión nostálgica. Y entre tanta tensión, esa que hay cuando los ojos se miran entre sí, fijos y de pupilas bien abiertas, donde podes ver tu reflejo en los otros, uno corta el aire y mueve la boca muy lento:
-¿Te falta mucho flaca?-
-No, antes de dormir una paja y listo-
La gente asfixia 
toda la sal que tengo dentro
¡Ay! Pasame el encendedor 
después que
¡Ay! Después que
Mi secreto es mirarte que te desarmes 
hasta que te des cuenta
que no tengo miedo.
Te vas corriendo 
me descubriste
y yo no soy de insistir
en la ecuación de ser 
siempre, a la final 
me quedo conmigo. 

Orgía de fantasmas


La persistencia de la memoria

leo con la poca luz que se hace sombras

¿Cuántos más pueden entrar en la habitación?

Tuberías

Las acciones impulsivas le agarran como un calambre directo a resolver urgente y de manera metódica, siguiendo un laberinto que desemboca en una solución con simples intentos: un llamado, un video tutorial y una compra en la ferretería. 
La boca del caño sobresale de la pared que sostiene la canilla rota, con pedazos de cemento y cinta pegoteada que precisa para que la unión sea más efectiva. Dos vueltas fueron las necesarias para que salga de ahí complicándolo todo, aún más de lo que las noticias de los últimos días ya vienen arrastrando.
En el laberinto aparecen preguntas cada vez que estas acciones se meten perforando la razón: “¿Se siente siempre? ¿Cuándo perdes el bondi y llegas tarde? ¿Del 1 al 10, en qué punto estas? ¿Al ser chiquita te faltaba el aire?” 
Este mecanismo es necesario, y casi un ritual, para que el impulso vuelva a su lugar de inicio, las preguntas sirven a modo de distracción pero una simple mirada a la situación la traen de vuelta.
La llave de paso cierra mal y esto hace que del caño caiga un leve hilo de agua, obstruyendo poder desenroscar el pedazo de rosca que quedó fundida en el caño, como si no hubiera otra manera de pasar el día que viendo tutoriales donde relatan y especifican todo tipo de sucesos, paso a paso para acumular conocimiento que se cree que puede ser útil y que, claramente como la persona que explica en el video, se va a llegar a la verosímil victoria de la situación.
¿Qué hay? ¿Se puede ver?
Grasa. Eso se necesita. Otro llamado que suma, oscurece demasiado rápido y cada vez sale más agua, -seguro que cuando se hace de noche hay más presión- piensa, no está segura pero supone que debe ser así.
De nuevo, la perforación a la razón:
“Las vías rechinan
aunque ahora se hayan electrificado,
las colillas se amontonan
junto a los molinetes
que rebalsan de sube sin saldo a favor.
Se oculta por las palabras para dentro
lo tenue de los ojos.
Se cruzan historias y olores
entre las cruces que forma el reloj,
hay olor a pancho
y la basura sobresale
por arriba de los tachos”

Cada vez hay menos luz, se van armando otros caminos que hacen que el laberinto se convierta en algo más parecido a un bosque que a una ruta y cuando sucede es señal de que hay que hacer otro llamado, tomar un mate y dejar que siga corriendo el agua porque no hay tapón que la pueda hacer detener hasta la mañana siguiente.

Después de la resaca pasan cosas (o como ponerse existencialista los domingos)

Se me derrite el cerebro
me caí de la bici 
me levanto y escucho 
a la vecina discutir con el chongo
todavía no entendió 
que el ya no la quiere más
pero le da paja decírselo 
porque es lo que siempre
nos termina pasando 
con lxs chongxs
la paja de hablar
suena desde no se donde
un tema que sabe a rancio 
y a adolescencia 
haciendo aparecer 
todos los fantasmas
que quedaron enterrados 
en lo que ahora 
podría llamarse 
un pueblo con falsa urbanidad
de la época amarilla que nos rodea
donde no hay ni ton ni ton 
ni tun ni tun
las palabras se proyectan 
como vómito de cinzano
y con carraspera en la garganta 
sin poder usar metáfora alguna 
que lo convierta en algo (¿más?)
poético
me agarro paja también 
(me habré contagiado 
del chongo de la vecina)
y me doy cuenta 
que nunca me di cuenta
que me gusta la palabra paja

paja
pajita
pajón

¿Cuántas horas entran 
en un minuto de locura?
Se hace la paja con el pensar
porque no puede con la realidad
entonces se pregunta
como paso tan rápido el tiempo
que es cíclico pero diferente a la vez
¿Qué es lo que hay de distinto ahora?
¿La edad? ¿El amor? ¿Las canciones?
Sin las palabras se piensa que no se puede demostrar 
¿El cuerpo no cuenta, acaso, lo que expresamos? 
Los interrogantes que no tienen respuesta alguna
no es una buena manera para comenzar a escribir
le decía el profe del taller de poesía.
¿Qué sabría él si esos interrogantes no tenían respuesta?
no le hizo caso
y acá está
preguntando
resistiendo
creando 
a través de la poesía
porque el arte es un oficio
es lo que aprendió actuando
que se entrena
se ejercita
porque la creación autónoma y colectiva en este sistema 
no es funcional
porque corrompe, desarma, crea nuevo sentido 
y en estos tiempos donde multiplicar el sentido 
multiplica el miedo 
hay que poner el cuerpo y enfrentar 
desde eso que creemos y creamos 
para transformarnos.

-No tengo todas las certezas hasta ahora
pero creo que empieza
por saber reírse con una misma-