“Entre tensión crecen las plantas”

-La espera es algo que me impacienta. 
-El sábado recién empieza y todo está tranquilo en el vecindario-
-No sabemos cuánto hay, no sabemos cuánto queda-.
-Te fumaste todo-.
Escucho detrás de la puerta del baño los murmullos donde sobresalen estas palabras mientras sigue chorreando el pis tratando de envocar todo dentro del inodoro para no salpicarme y contagiarme alguna enfermedad. Para las hipocondríacas como yo, los baños públicos suelen ser unos de los peores desencadenantes del pensamiento obsesivo y más cuando el estado se mezcla con ebriedad. “el peso del amor es igual a cuando se te mete una basurita en el ojo”
-Siempre lo mismo. Tendremos que salir a comprar más-.
-Hay algo en la incertidumbre que es lindo y pesado a la vez-.
-Sigue sucio, lleno de sangre y ahora se le suma un poco de tierra también-.
-Aunque el color me encanta, lo voy a dejar así hasta que parezcan manchas de óxido-.
La conversación se va intercalando entre el ruido del chorro contra el agua, trato de contraer por el afán de meterme entre esas palabras, puerta por medio y ebriedad hasta al fondo. Contraigo, paro.
“Ocupado”
Contraer los músculos para que deje de salir pis es parecido a cuando contraes para que el orgasmo no acabe, vaya la ironía del placer.
¿Habrá alguien acá para acabar juntos?
“Ocupado”
El tiempo se detiene en estos momentos, solo fluye el chorro y las ganas de prevenir cualquier enfermedad salpicada o chorreada. Contraigo, termino.
“Las cosas se terminan por racha”
-La leña está junto al fuego y se debe apagar exactamente a las diez y diecisiete minutos sino se corta la luz-.
-Las imágenes que devuelve el 60 son épicas, é-p-i-c-a-s-.
-En puntas de pie tenes que seguir caminando, ocupa la mente, que la distracción no sea un ingrediente a tener en cuenta, no sea acaso que…-.
-Habla Quique-.
Me subo el pantalón, me lavo las manos y me mojo la nuca para tratar de que todo se vaya junto a la presión del agua por el agujero del inodoro.
Y cual final de escena, cuando abro la puerta le pongo boca a esas palabras y los miro a estos dos que vaya a saber una de lo que estaban hablando, sus caras parecen un poco enojadas por el tiempo que me detuve dentro del baño pero sus ojos transmiten la sensación de procesar esa charla que parece haber sido más una confesión nostálgica. Y entre tanta tensión, esa que hay cuando los ojos se miran entre sí, fijos y de pupilas bien abiertas, donde podes ver tu reflejo en los otros, uno corta el aire y mueve la boca muy lento:
-¿Te falta mucho flaca?-
-No, antes de dormir una paja y listo-

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