Se les eriza la piel y no pueden tocarse más,
la mirada se deshace en bofetadas sobre el rostro,
las palabras aturden y solo quedan pequeños ecos
resonando por detrás de sus cuerpos.
Indefensa. Invisible. Inexistente.
Como cuando el río quiere seguir la corriente
pero la fuerza humana
ha construido un bloque de hormigón entre él.
Choca y fuerte. Muy.
Los momentos compartidos
se sienten como si nunca hubiese existido.
¿Para que algo exista debe ser real, concreto
o puede ser solamente material del pensamiento?
Estancados en la inmensidad de la noche que recuerdan,
ambos,
cada uno en su mundo.
¿Dónde se encuentran?
Sino pueden ver sus caras.
Han estado solos por tanto tiempo
y ni un papel se han dado.
¿Cómo fue que se conocieron?
Es lindo pensarlo de a ratos.
¿Hará lo mismo?
¿Hará lo mismo?
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