fragmento

El óxido ha llegado a la superficie manchando los azulejos, me pregunto donde estará la cadena, 
porque sólo está la mancha que dejó. 
¿Qué es lo que tienes para decir? 
Las velas se apagaron por culpa del viento que entra, me olvidé de cerrar la ventana. Creo que ya está por amanecer. Todo es constante, hasta que cierro la puerta de mi dormitorio. 
Quiero saber porque me hundo en estas lágrimas sin sentido al cerrar la puerta. No tiene sentido que hagamos ésto, no nos lleva ningún lado.
¿Cómo te sientes? 
Los momentos se han teñido de color violeta por el reflejo del cielo en ellos y puedo ver tu mirada en la foto que te olvidaste arriba de mis libros la otra vez.  
Las seis menos cuarto marca el reloj, faltan cuarenta y cinco minutos para que me tenga que ir a trabajar a un lugar donde no quiero con gente que detesto. Estoy sentada en el piso buscando cosas para imaginar y encuentro pelusas nada más.
¿Por qué hay papeles tirados en el piso?
Ahora es el momento de despertar, aunque hace rato que estoy despierta ya, buscando, recordando; la música se paró y hay puchos por todos lados. 
¿Por qué me cuesta tanto juntar las colillas? 
Escucho el sonido del despertador, se me cayó el perfume cuando traté de apagarlo, traté, porque el muy maldito se cayó y rodó abajo de la cama sin parar de sonar, hay ruido a dulce de uva con olor a yeah yeah yeahs.
Basta de preguntas, me fui a caminar. 

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