Polvo

Dos mundos conviven en mi.
Uno tranquilo y manso, el otro arrebatado y un toque revolucionario. 
Los divide un fino límite que ya tiene título, nombre y apellido: Miedo. 
El los divide, los aplasta y hasta hay veces que hunde a uno con demasiadas fuerzas;
sin embargo ellos se quieren y en algún momento se enlazan..
¿Podrán vivir los dos o en algún momento uno quedará abandonado?
El miedo, que los atrapa, ese pequeño monstruo de capa negra
que nos hace delirar peor que las drogas
y los deja hecho trizas 
sin ganas de más. 





+
Decime donde te puedo encontrar..  

2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

Los límites siempre son de agua.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Ambos mundos son necesarios y pueden ser unidos por el equilibrio, se necesita cierta audacia, moderada con cierta prudencia. Para alcanzar lo que se desea se necesita cierto proyecto.