Las letras me hacen mal
de tanto escribirte
y es como si quemaran
mis manos, sintiéndome 
como si tu cuerpo estuviese
sobre ellas, leyéndolas,
despojándolas de toda 
coherencia y sentido
como si de alguna manera
te pertenecieran. 
Así, olvidando 
tan sutilmente.






1 comentario:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Tal vez te sirvan como catarsis.