yendo hacia los lugares habituados
caminamos, caminan.
Letras en el camino que forman nubes,
en vez de palabras...
Caminamos a través de ellas con los árboles
haciéndonos sentir pequeños y efímeros.
¿Tan aplastante es el ruido de la ciudad que
no nos deja ver?
El calor que siento no proviene del sol
es del asfalto que nos quema la piel
estando descalzos.
Podemos ver más allá del puente
pero no nos dejan ver
menos, aún, salir...
en vez de palabras...
Caminamos a través de ellas con los árboles
haciéndonos sentir pequeños y efímeros.
¿Tan aplastante es el ruido de la ciudad que
no nos deja ver?
El calor que siento no proviene del sol
es del asfalto que nos quema la piel
estando descalzos.
Podemos ver más allá del puente
pero no nos dejan ver
menos, aún, salir...
2 comentarios:
Hola. Una interesante visión de cómo las ciudades pueden llegar a ser aprisionantes. Cmo si las personas fueran pájaros en una jaula añorando poder salir y conocer el resto del mundo. O por lo menos en eso me haz hecho pensar.
Saludos, que tengas excelente día.
A pesar de que no lo uses como nombre, seguís siendo una maga de las palabras.
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